Kagami biraki, la tradición del año nuevo

El Kagami biraki (鏡開き) es una festividad tradicional japonesa de gran importancia para quienes forman parte de organizaciones dedicadas a la práctica de las artes marciales.

Suele celebrarse el 11 de enero de todo año, y consiste en despedazar un kagami mochi ofrendado a las divinidades sintoístas en un altar, aunque también se rompe un recipiente de sake en la celebración. En Japón ese día se hacen grandes demostraciones de koryu (escuelas tradicionales) en los budokanes.

Significado del kagami biraki

Kagami (鏡) significa armonía y Biraki (開き), del verbo Hiraku (開く), se refiere a abrirse camino. Sin embargo la expresión conjunta significa literalmente «la apertura del espejo» aunque también se le conoce como «ceremonia del corte del arroz».

Kagami era también el nombre que designaba la tapa del tonel de sake en la licorería. Antiguamente el sake se utilizaba en los oficios religiosos, ofreciéndose como una bebida de Dios, con una carga simbólica equivalente al vino que se utiliza en la misa católica.

Cuando se ofrenda un nuevo tonel de sake hay que romper la tapa y ofrecer un vaso a todas las personas asistentes. De la misma manera también se rompe el kagami-mochi (bola de arroz) y se come, deseándose posteriormente felicidad y salud.

Inicios del kagami biraki

Al parecer la tradición del kagami biraki empezó en el siglo XV y se desarrolló como una rutina de los adeptos de la creencia shinto, en particular de la clase samurai, sin ser específicamente una rito o habito «oficial» en los templos shinto.

Actualmente la ceremonia del kagami biraki se lleva a cabo en diferentes celebraciones tales como la llegada del año nuevo, el banquete de bodas, la inauguración de una nueva casa o negocio, el aniversario de la fundación de una compañía o el comienzo de una nueva empresa, etc.

De acuerdo con la tradición, antes del año nuevo se colocaban kagami mochi (pastelitos de arroz) frente al armero para honrar y purificar las armas y la armadura.

El día del kagami biraki los hombres se juntaban para limpiar, sacar brillo y pulir las armas y las armaduras. Se partían en trozos los pastelitos de arroz y se comían entre los miembros de la familia.

Kagami mochi
Dulce de arroz kagami mochi

Simbolismos en el kagami biraki

El simbolismo de la armadura y las armas era tan poderoso que incluso hoy se mantienen lazos hacia esas imágenes feudales. Las casas japonesas y los dojos de artes marciales a menudo presentan la armadura de la familia, cascos o espadas, o réplicas modernas de los mismos, en el kamiza, el lugar de honor.

El simbolismo del espejo (junto con la espada y las joyas) data del mito de la trilogía original de la creación de Japón. El espejo permite a la gente ver las cosas tal como son (buenas o malas) y representa la justicia y la imparcialidad. El espejo también es un símbolo de Amaterasu, la Diosa del Sol, un espíritu feroz (la cara iluminada de dios).

Para los miembros de la sociedad feudal japonesa también representaba el alma o consciencia, por lo que se consideraba importante mantener los espejos bien limpios ya que reflejaban los propios pensamientos del que estaba mirándolos. Por último se creía que encarnaban los espíritus de los ancestros.

La creencia de los espejos y el brillo

Tan fuerte era esta creencia que cuando un familiar estaba próximo a la muerte se presionaba un pequeño espejo metálico contra las ventanas de la nariz del moribundo para capturar su espíritu. Entonces el espejo se envolvía en una tela de seda y se situaba en una caja con el nombre de la persona y se guardaba con gran respeto y honor.

El sacar brillo a las armas y la armadura en el kagami biraki era simbólico (del pulido del espejo); un método para clarificar los pensamientos y fortalecer la dedicación a las obligaciones del samurai y a los deberes a cumplir durante el año siguiente. Por eso al kagami biraki también se le llama «Día de la Armadura».

Este concepto continúa incluso hoy día. Cuando un maestro de artes marciales habla de pulirse a uno mismo, de trabajar para perfeccionarse y reducir el ego, la idea viene del antiguo concepto de sacarle brillo al espejo para conservar una mente clara y resolutiva.

El kagami bikari y las artes marciales

Hoy día, para los practicantes de artes marciales, la celebración del kagami biraki no tiene ya significado religioso. Sin embargo se continúa la antigua tradición samurai de comienzo de nuevo año.

Esta antigua tradición se adoptó en las artes marciales modernas desde 1884, cuando Jigoro Kano (el fundador del Judo), instituyó la costumbre en el Kodokan. Desde entonces, otras artes japonesas, marciales o no, adoptaron la celebración que oficialmente da inicio al Nuevo Año; una tradición de renovación, un compromiso de dedicación y también un compromiso espiritual.

En muchos dojos tradicionales la preparación para el nuevo año empieza hacia finales del año en curso. Se limpia el dojo a fondo, se hacen las pequeñas reparaciones que se necesitan, se saca brillo a los espejos dejando todo impecable.

Kagami biraki en Hombu dojo
Kagami biraki en Hombu dojo

Kagami biraki para los entrenamientos

En muchos dojos de Japón el kagami biraki empieza con una larga sesión de meditación zazen por la mañana e incluye las visitas al dojo durante el día de gente que quiere ofrecer sus buenos deseos, ex-alumnos, y gente importante del lugar. Al final del día se realiza un entrenamiento especial, bastante más duro de lo habitual donde cada uno muestra lo mejor de sí mismo.

En algunos dojos de karate okinawenses el kagami biraki consiste en un entreno especial de cuatro o cinco horas seguidas, bastante duro y severo y luego se finaliza con una gran fiesta a la cual acuden tanto los miembros del dojo como los invitados de honor de la comunidad.

Otra costumbre de algunas escuelas es realizar el llamado «Ni Nen Keiko» o «entrenamiento de dos años». Este entrenamiento incluye de 10 a 12 horas seguidas de entreno intenso. La dureza y extrema duración de este entreno representa simbólicamente el lapso de tiempo de dos años.

Otra interpretación del kagami biraki consiste en entrenar continuamente durante una o dos horas del año antiguo y continuar durante una o dos horas más, las primeras del nuevo año, con un pequeño intervalo a medianoche para meditar.

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